¿Lo que triunfa en USA o en Reino Unido es lo que veremos pronto en España? Una compañera escritora me habló del tema y he estado pensando en ello. En general, me inclino a contestar que claro que sí. Y el género romántico no es una excepción, las tendencias de otros países acaban influyendo nos guste o no y mucho más en un mundo hiperconectado.
Por una parte porque si una determinada novela de un género o subgénero concreto resulta un éxito, las editoriales procuran traducirla a cuantos más idiomas mejor (sin contar los lectores que la leen directamente en su idioma original) y le prestan una gran atención publicitaria. Eso suele tener como consecuencia que el público quiere más historias de ese tipo, y por otra parte surgen muchos autores que, o bien se sienten verdaderamente inspirados por ella, o bien son simples imitadores que tratan de subirse al carro de la moda del momento. Eso sin contar a todas esas novelas que esperaban en un cajón pacientemente a que fuera «el momento» (de eso suelen ser responsables algunas editoriales que en ocasiones no escojen para publicar una novela, no porque no tenga calidad, sino porque trata de un romance en el Oeste y en ese momento se llevan las historias de piratas, por poner un ejemplo). Afortunadamente eso empieza a cambiar con la posibilidad de autopublicar, y no sería la primera vez que una obra autopublicada da comienzo a una nueva moda.
Podríamos encontrar muchos ejemplos de esto que comento. Empecemos por la trillada 50 sombras de Grey que salió a mediados de 2011, pues a finales de 2012 salía la primera de las novelas de la saga Pídeme lo que quieras de Megan Maxwell. El primer libro de la saga Crepúsculo salió en 2005, en 2006 Jezz Burning ganó el I Premio de Novela Romántica Terciopelo con Al llegar la noche. O también tenemos las novelas chick lit, cuyo origen se suele situar en la publicación de El Diario de Briget Jones hacia el año 2000, durante toda esa década son numerosos los ejemplos de novelas chick lit en España, empezando por las primeras obras de Megan Maxwell.
El subgénero donde se ve esta influencia de manera más clara es el de las novelas de Regencia, en el que, como es obvio, todas las historias se sitúan en Inglaterra. Este subgénero que fue establecido por Georgette Hayes en 1932, ha sido cultivado por un numeroso grupo de autores desde entonces. En España tenemos muchos ejemplos de ello, y sigue muy vigente. Sin ir más lejos tenemos toda una colección de estas novelas en la serie de Minstrel Valley que está publicando la editorial Selecta.
Todo esto no quiere decir que no se hayan escrito novela erótica, o romántica contemporánea o de fantasía en España antes de los grandes éxitos internacionales del género, solo que estos éxitos han tenido como consecuencia un repunte de este tipo de novelas también en España. O sea, que sí, que sin duda influye. Ahora parece que le toca el turno a las comedias románticas. En la lista de libros más leídos (en inglés) en Goodreads en 2019, aparecen al menos tres comedias románticas, y no olvidemos que esta es una lista que eligen los propios lectores. No sería raro por tanto que pronto tengamos la moda de las rom com también en España.